“Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por
delante” Hebreos 12,1b
"¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten,
pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que
lo obtengan." 1 Cor 9:24
Vamos a hacer una analogía de carrera
de carros aplicada a la vida cristiana. En las pistas donde se
llevan a cabo las carreras del automovilismo, existe una zona
especial donde varios miembros del equipo se aseguran de que el
auto esté en las mejores condiciones antes y durante la carrera.
Estos estacionamientos se llaman “Pits”, allí en unos cuantos
segundos los pilotos pueden poner a tono sus autos, una vez
arreglado cualquier desperfecto salen a la pista con sus autos
listos para continuar la carrera. En la Zona de Pits los pilotos
pueden cambiar llantas si es que están gastadas o ponchadas,
llenan el tanque de gasolina si hace falta, cambian parte de la
carrocería si chocaran y otras necesidades básicas como el
aceite o líquido de frenos etc. Como cristianos nos
encontramos permanentemente en una lucha contra las fuerzas del
enemigo, nosotros representamos a Jesucristo y su reino en la
tierra. Hacemos el compromiso de servirle de la mejor manera
posible diariamente. Sin embargo, en ocasiones nuestras llantas
terminan por gastarse o se nos agota el “aceite”. Así que es de
suma importancia que paremos en la Zona de Pits para poder
correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
El libro de Primera de Juan nos da 5 principios básicos para
nuestra fe. Los vamos a estudiar comparándolos con las
diferentes acciones que ocurren en una parada en la “Zona Pits”,
donde llegaremos con nuestro auto durante la carrera espiritual.
Invite a los niños a pensar de la siguiente manera, ayúdeles a
imaginar que el mundo es una pista de carreras y su vida como un
auto que tiene que entrar a la “Zona de Pits” para checar su
aceite, llantas, gasolina y estar listos para la carrera que
falta. Si cada niño analiza su vida espiritual hay un 100% de
posibilidades de que evite los accidentes espirituales, así como
que terminen con éxito la carrera de seguir a Cristo con todo su
corazón. Y que usted como maestro pueda estar seguro que los
niños que tiene a su cargo han entregado sus vidas a Cristo.
¡Échele ganas al camino que esté por delante! ¡Dios está contigo!
Que Dios les Bendiga,
Kristina Krauss
Ministerio Pro-Visión |